La Aldea ganador del concurso ganador del concurso,Foro Qpea y la Universidad de Navarra 2018
Carmen Prada es arquitecto recién graduada en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra. Durante la carrera ha despertado gran interés por las personas mayores y el envejecimiento activo por lo que ha asistido a varios congresos y cursos para, así, poder aprender más de forma autodidacta. Carmen es la reciente ganadora del concurso Arquitectura y Envejecimiento organizado por Foro Qpea y la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra. En este artículo nos habla precisamente del proyecto galardonado.
Desde el principio de mi carrera tuve claro que mi proyecto final de grado (PFG) tenía que estar relacionado con las personas mayores. Cuando la escuela nos animó a desarrollar nuestros proyectos, empecé a darle vueltas y pensé en hacer una aldea para personas mayores. Empecé a investigar: pedí consejo, asistí a varios congresos y cursos sobre arquitectura y personas mayores y llegué a la conclusión de que hacer un “gueto de abuelos” no era la mejor idea. Fue en ese momento cuando se me ocurrió crear una aldea intergeneracional. España es uno de los países europeos con mejor calidad de vida, y no por su poder económico, sino por la gastronomía, la cultura, la playa, el clima… y, sobre todo, por el valor de la “familia”. Cada vez ocurre menos, sin embargo, hace 50 años muchos abuelos o tíos ayudaban a las familias con sus hijos, tanto en la organización como en la economía familiar, conviviendo en una misma casa hasta 3 generaciones. Esta idea cobra bastante importancia en el proyecto ya que se basa en esa imagen de la familia y en una comunidad vecinal y de espacio intergeneracional. Así surgió “La Aldea”. Durante el desarrollo del proyecto di a parar con la historia de Miguel Castillo, una persona mayor de 80 años que a día de hoy se encuentra en Verona con un programa Erasmus. Me llamó la atención cómo la imagen de las personas mayores se está transformando en lo que se conoce hoy en día como viejóvenes: se sienten jóvenes y en perfecto estado de forma y de mente y necesitan una vida activa. Por otro lado, está la generación baby boom, que empezará a jubilarse en 2024 y se caracteriza por querer vivir cerca de sus familiares y amigos, tener muchos hobbies y querer ayudar a la sociedad. Para estas generaciones se necesita una solución que reflejo en este proyecto. Un ejemplo de ello es que se facilitan y potencien todas las características de nuestros mayores, además de la vida de sus familias a la hora de la conciliación laboral.
Por ello, el proyecto da gran importancia a la vida privada (viviendas individuales totalmente privadas), así como a la vida en común (dotación importante de servicios comunes). Con esto se quiere conseguir que vivan como en casa, pero rompiendo con la rigidez de la vida cotidiana gracias a actividades variadas e intergeneracionales, involucrando a estos residentes en la organización de la vida en comunidad y personalizando el entorno.
De esta manera, las personas mayores pueden cuidar de los más jóvenes y viceversa. Además, ese caos que se aproxima dentro de la generación de los “viejos” con un amplio rango de edades y con personas que se sientes viejóvenes, se soluciona mediante la interacción, tal y como he destacado con anterioridad: contar con viviendas donde conviven 3 generaciones.
El proyecto se organiza partiendo de la idea de una aldea, haciéndola un único edificio para potenciar la relación entre los vecinos y fomentar así el trato diario. En cuanto al diseño, se han tenido en cuenta tres factores:
Planta centralizada: usos comunes en el centro desde donde surgen las viviendas que al mismo tiempo terminan volcándose en las áreas comunes. Así se consigue potenciar la vida en comunidad y aumentar la interacción entre las distintas generaciones. Para ello, se han dispuesto zonas como salas de lectura y trabajo, ludoteca, dos salas polivalentes (donde se podrán desarrollar talleres de pintura, fotografía, cine fórum, ensayos de teatro, bandas de música, coros, etc.). A su vez, se consigue mantener la intimidad que todas las personas buscan dentro de sus viviendas.
Volumetría: los distintos bloques se caracterizan por tener una volumetría propia para cada uso. Así, las zonas comunes resultarán más grandes y conforme se va llegando a áreas más privadas los volúmenes se van reduciendo.
Comunicaciones: son cerradas y transparentes. De esta manera se huye del mal tiempo en periodos de invierno para aprovechar al máximo la luz del sol y las vistas al valle. También se potencia la relación vecinal para facilitar y favorecer las relaciones no sólo en las zonas comunes.
La geometría de la aldea presenta diversos recorridos, plazas y conexiones con la naturaleza. Se caracteriza por ser un entorno rural con huertos, recorridos de paseo, áreas de deporte y descanso, etc. Mientras realizaba el proyecto, Foro Qpea y la Universidad de Navarra, entidades que trabajan juntas para hacer ciudades más amigables para las personas mayores, publicaron un concurso sobre Arquitectura y Envejecimiento. Decidí presentar mi proyecto y, con mucho trabajo y dedicación, resultó ganador del concurso. Es por ello que quiero agradecer a ambas entidades el darnos la oportunidad a los más jóvenes de mirar con los ojos de personas mayores y aprender más de ellos para una mejor convivencia.
https://www.espaciosintergeneracionales.com/la-aldea-cooperativa-residencial-intergeneracional/